Dos lecciones de Rajoy (y II)

La primera lección la dio porque la actividad que más le gusta a Rajoy es pasar página. En Aznar esta expresión significó una forma fina de saltarse la Constitución, para indultar a Felipe González, sin la ordinariez de los nacionalistas y socialistas.

Rajoy empezó también pasando página. Pero en él esta expresión tiene otro significado. Pues cuando los jueces de Zapatero le mandaron 40.000 folios sobre la corrupción en el PP, ya no pudo seguir pasando, y quedó en evidencia. En Rajoy "pasar página" significa exactamente "no tengo la menor idea de cómo se resuelve este problema".

La segunda lección la está dando ahora. Los jueces de la harca de Zp le dieron al PP el estoconazo de la corrupción, mortal de necesidad. Y se vio con toda claridad que el final del PP no se debe al dictador rojo, sino a la falta de moral de Rajoy.

Cuando, según su costumbre, volvió a perder las elecciones generales, ni se le ocurrió pensar que la culpa podía ser suya, aunque ya hacía tiempo que Jiménez Losantos había popularizado la expresión de "votar tapándose la nariz". Rajoy apestaba a hombre acomplejado, cuya mayor ilusión era ser de izquierdas. Por eso no conseguía superar a Zapatero. Sin saber por qué había perdido las elecciones, Rajoy aplicó la solución: se trataba de conseguir los votos de los socialistas y los nacionalistas. No de quitarse él mismo los complejos, y que todos supiera qué es lo que quiere. Con esta solución disparatada, le crecieron los enanos. Ricardo Costa se negó a ser cabeza de turco. Y Rajoy, viéndolo débil, lo machacó. Gallardón el ventrílocuo, a través de su muñeco Cobo, con la envidia y la ordinariez de una verdulera profesional, insultó a Esperanza Aguirre. Pero Gallardón debe saber muchas cosas de las interioridades de su partido. Aznar no se atrevió a ponerlo de patitas en la calle. Rajoy, ahora, le va a hacer al muñeco Cobo un maravilloso juicio, con todas las garantías del mundo y sus alrededores. Tal vez se atreva a castigar al muñeco, que tendremos que verlo. Pero a Gallardón ni tocarlo.

Estas son las razones de que le tengamos que decir adiós al PP. Se lo ha ganado a pulso. Después de él van Convergencia y Unión y el Partido Socialista de Cataluña. La dictadura roja queda inaugurada.